el fuego no se ve, seamos hombres o mujeres
siempre nos vulnera la carnalidad,
la pasión, la voluptuosidad de los cuerpos,
la sensualidad del alma.
De amor no hablemos, solo de este fantasma que asoma en estos poemas,
porque el erotismo es otra forma sutil, de encantamiento, de encontrarnos. ¿Me explico?
Es ésta la pureza esencial, que a través de estas palabras saladas, milimétricamente escritas para pensar en el otro y en uno mismo, o tan solo en el erotismo. En las caricias…
(editorial EL LIMBO WEB 2003)